Tallulah Bankhead fue un icono de la provocación. Una mujer de los años 20, no sujeta a las reglas que dictaban los hombres. Una actriz que vivió de forma extrema y nunca tuvo problemas para expresarlo, haciendo apología de sus diversos vicios. Suya es la frase "la cocaína no crea adiccion, lo sé porque llevo tomándola desde hace años" y la no menos popular "si volviera a nacer cometería los mismos errores, pero mucho antes". Tras esa frívola imagen de mujer fatal había una mujer de pasiones irrefrenables, a la que no pudo vencer su educación en un convento ni los tabúes de una sociedad hipócrita, dispuesta a vivir y amar más allá, con toda la intensidad necesaria, no privándose del uso de substancias artificiales que le proporcionasen el ansiado y probablemente nunca saciado placer. No destacó por su carrera en el cine (Marlon Brando decía que fue debido a sus adicciones al alcohol y al sexo), ya que no quiso ceder a la presión y el acoso de las estrellas como John Barrymore, por quien perdió su primer papel importante, en El Doctor Jekyll y Mr. Hyde (Dr. Jekyll & Mr. Hyde, 1920), al no querer acostarse con él. Intentó triunfar en Broadway, pero fue en Londres donde consiguió convertirse en una estrella. En su corta carrera cinematográfica podemos destacar títulos como Honor Mancillado (Tarnished Lady, 1931) de George Cukor, Náufragos (Lifeboat, 1944) de Alfred Hitchcock y La Zarina (A Royal Scandal, 1945). Tras ésta película tardaría 10 años en volver a Hollywood, centrándose en su carrera teatral. Su último papel fue en la serie Batman en 1966.
Pero lo más jugoso de Tallulah sigue siendo su deliciosa lengua de víbora y las perlas que nos regaló, en una ocasión en que un periodista le preguntó que habría sido de no ser actriz ella respondió “dudaba entre madre superiora, puta y presidente de los Estados Unidos. ¡Espero que pongas en tu libreta que habría hecho de maravilla las tres cosas!”. En otra ocasión un doctor le recomendó para superar su alcoholismo que tomara una manzana cada vez que sintiera la necesidad de agarrar la botella, a lo que Tallulah respondió: "¡Pero doctor!, ¿sesenta manzanas al día?". También son multitud las anécdotas que forman la mitología de la estrella, en una fiesta a la que acudió como invitado Truman Capote propuso que todos los invitados se bañaran en la piscina. Ella apareció vestida sólo con sus perlas, decía que lo hacía para demostrar que era una rubia natural. Solía acudir a los rodajes de sus películas sin ropa interior, lo que generaba gran alborozo. En el rodaje de Náufragos el equipo se quejó del desmesurado exhibicionismo de Tallulah, a quien le gustaba dejar ver lo que escondía bajo la falda. Hitchcock, con su iniguable flema británica repuso no poder resolverlo porque no sabía a qué departamento acudir, vestuario o peluquería. Entre los muchos amantes de Tallulah hay hombres y mujeres de todos los credos y razas, entre ellos Marlon Brando, Mercedes de Acosta, la más conocida de las amantes de las estrellas, quien también compartió lecho con Greta Garbo y Marlene Dietrich, también tuvo una relación con una actriz más joven, la bella Lizabeth Scott, que inspiró la que mantienen Ann Baxter y Bette Davis en Eva al desnudo. Tenía fijación por las mujeres negras, tuvo un romance con Hattie McDaniel, la inolvidable Mammy de Lo Que El Viento Se Llevó (Gone With The Wind, 1939), primera actriz negra en ganar un Oscar y con la genial cantante Billie Holiday (repasar el capítulo de Billie en Diciembre de 2007).
Perdió grandes papeles de Hollywood debido a sus adicciones, es el caso de Encuentro en la Noche (Clash by Night, 1952) que en su adaptación al cine por Fritz Lang contó con Barbara Stanwyck para el papel principal pese a que Tallulah lo había interpretado en Broadway. Tampoco consiguió el papel de la versión cinematográfica de Eva al Desnudo (All About Eve, 1950) de Joseph L. Mankiewicz, pese a haber bordado el papel en la versión teatral. En este caso el papel fue a manos de la genial Bette Davis, una de sus mayores rivales. Bette también le "robó" el papel de La Loba (The Little Foxes , 1941) de William Wyler. Refiriéndose a ella dijo: "no creais que no se quién ha estado contando cotilleos sobre mí... después de todas las cosas buenas que he hecho por esa arpía, ¡cuando la coja, voy a arrancarle cada pelo de su bigote!". Independientemente de su escandalosa vida privada, o tal vez gracias a ella, Tallulah fue un personaje muy popular. De hecho existe un pueblo en Luisiana llamado Tallulah porque en los años 30 ella pasó una noche allí. Su último e involuntario legado, fue inspirar uno de los personajes más bizarros y demoníacos de la animación, la Cruella de Vil de 101 Dálmatas. Pero ningún homenaje es suficiente para la mujer que dijo "decid cualquier cosa de mí, mientras no sea aburrida".
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