Friday, June 22, 2012

Everybody Dies : Capitulo Final de Dr. House

---------- SPOILERS. NO LEER SI NO QUIERES SABER DEL FINAL. SPOILERS ----------  

House yace en el interior de un edificio abandonado, junto a él se encuentra un hombre. Oliver (James LeGros) ya está muerto, aparentemente por una sobredosis. Era adicto a la heroína y acudió a la clínica del Princeton-Plainsboro con síntomas falsos en busca de drogas que aliviaran su dolor crónico, House se las negó pero decidió tratarlo al descubrir otros padecimientos. El equipo de diagnóstico recibe con extrañeza el nuevo caso debido a la situación actual de su jefe. Éste intenta por todos los medios retrasar lo más posible su retorno a la cárcel por la violación de su libertad condicional, primeramente logra persuadir a Foreman, mas se sabotea dando por olvidado el plan inicial y determina quemar su última bala; Wilson trata de darle una lección final y tampoco le ayuda.
Unos días después Gregory House está abatido, derrotado y apunto de provocar su muerte; el edificio es carcomido por el fuego, es cuestión de tiempo para que las llamas lo consuman. Y ante la disyuntiva de finalmente rendirse, House comienza a tener extrañas visiones y recibir aún más desoladoras visitas: Lawrence Kutner (Kal Penn) lo despierta, pidiéndole explicaciones de lo sucedido, desde quién es el occiso hasta los pormenores maquiavélicos de su plan. Amber Volakis (Anne Dudek), es la siguiente en hablar con su antiguo jefe, recordándole que la única razón por la que está vivo es la necesidad de armar los rompecabezas, resolver casos, toda su existencia gira alrededor de un puzzle; la mejor conocida como "Cutthroat Bitch" (o en el doblaje latinoamericano como "Bruja Maldita") logra convencerlo de salir hasta que se topa con el fuego intenso y un endeble segundo piso. Ya en una corroída planta baja, House toma la mano extendida de Stacy (Sela Ward) que le ayuda a levantarse; su exesposa debate con él entorno al amor, House no siente que pueda volver amar después de la partida de Cuddy. Y cuando el anfitrión parece haber tomado la decisión de quedarse en medio de las llamaradas recibe un consejo apoyando su actitud, prácticamente invitándolo a terminar con su dolor, la sorpresa de House radica en el emisor de esas palabras, Cameron (Jennifer Morrison).

Foreman se percata de la desaparición de su empleado por lo que empieza a indagar acerca de su paradero; obviamente le transmite su inquietud a Wilson, ambos van a su departamento donde encuentran el número telefónico del psiquiatra de House. El Dr. Darryl Nolan (Andre Braugher) no puede ayudarlos ni revelar información confidencial de su paciente, no obstante, gracias a él consiguen deducir que puede estar acompañado del junkie que trató hace unos días atrás. Su mejor amigo y una de las pocas personas que mejor lo controlan al llegar a la dirección sólo encuentran un edificio en llamas a punto de colapsar.      

No es para nada un secreto del creador de la serie, David Shore, ni una revelación la que voy hacer, absolutamente todas las personas que escriben entorno al entretenimiento televisivo (sitios web, periódicos, programas) han establecido un paralelismo infranqueable de House con Sherlock Holmes. El doctor es un símil del detective, esencialmente, en el método que utiliza para resolver los casos médicos. Y para que no quepa alguna duda más, en el gran final, se enfatizan las similitudes en una premisa personal: "¿Si Sherlock Holmes fingió su muerte, por qué House no?"

Un espectacular cierre a una serie que será recordada como Hugh Laurie se mimetizó con Gregory House, el antihéroe por excelencia. Poseía todos los defectos que una persona pudiese acumular, sin embargo, resolvía puzzles, lo cual implicaba salvar vidas. Irónicamente a este ateo no le interesaban las personas, su máxima era: "Everybody Lies". Describe su forma de pensar por lo que los enigmas eran su fuente de vida y el famoso vicodin, la razón para resistir el dolor físico y soportar a las personas. A lo largo de las 8 temporadas su comportamiento se fue moldeando, por no decir ablandando, sin embargo, tal vez su patología jamás pueda ser descifrada, una persona nunca podrá odiar tanto a la sociedad y salvar a muchos de sus integrantes a la vez. La dualidad de comportamiento no trataré de entenderla ni explicarla, sólo aplaudiré la gran confección de este personaje: el carisma de Hugh Laurie, la sapiencia de los escritores, la conjunción de los diversos elementos que tuvo en su equipo de trabajo, la perfecta comunión con Cuddy -7 años- y la permanente sintonía con James Wilson.   

Sherlock Holmes tenía a Watson, pues House contaba con Wilson. La rueda trasera en su motocicleta, sin la complicidad del oncólogo la historia no hubiese tenido ese engranaje perfecto. Era la conciencia, el bienhechor y la principal razón para que House se comportara, un poco al menos, con mas decencia y civismo. Aplaudo que la recta final de la última temporada se centrara en Wilson, de tal forma se le reconoce el rol protagónico que tuvo en la vida de su mejor amigo, el único ser humano que House realmente le importaba. Cabe recalcar la apertura del desenlace, los dos amigos en motocicleta andando por todo el país olvidándose de la fecha señalada; House ya está muerto, en teoría, y Wilson transitará hasta que físicamente le sea posible, luego, se convertirá en una carga. Soy de los que se imaginan un escenario idílico en el que los amigos recorren cuanto camino tengan a la vista sin pensar en nada más y no en una hipotética partida de Wilson; House seguramente no podría seguir viviendo con el dolor físico y emocional, entrando en la perspectiva negativa, catastrófica y radical que lo caracterizó. No podía olvidarme de la otra parte importante de la serie, el equipo original de diagnósticos. Foreman y Chase permanecieron en la mayor parte de los ocho años, intentaron irse mas no pudieron, se despiden como el decano del Princeton-Plainsboro y como el nuevo jefe del departamento de diagnósticos del hospital, respectivamente. Y Cameron tuvo el final feliz al que tanto temía.   

House en su final le da, hasta cierto punto con una solvencia tremenda, una retrospectiva a lo que ha sucedido a lo largo de 8 años; aunque nos quedaremos con las incógnitas de cómo se produjo el incendio, si Oliver se inyectó o House fue quien le provocó la sobredosis, cómo fue el intercambio de registros dentales, o cómo House sabía lo que pasaba en su funeral. Demasiados cómo, que dotan esa cuota necesaria de misterio para realizar un epílogo digno de un personaje icónico, curiosamente (me imagino) David Shore nos dejó que armáramos esa parte del rompecabezas. Volviendo a la recapitulación que hace House en su cabeza encarnada por los visitantes al edificio, todos ellos incluyeron una parte esencial en su vida: siempre la elaboración de un plan, la búsqueda incansable de respuestas, el desamor y la evasión del dolor. También sirvió en la síntesis de acciones que no pudo evitar marcándolo por las consecuencias (las muertes de Amber y Kutner) y lo que sí pudo tener, es decir, el amor y por consiguiente la felicidad (con Cameron, Stacy o Dominika y faltó indudablemente Cuddy) pero prefirió flagelarse con su dolor y obcecarse con las soluciones de sus acertijos. Así como le recordaron quién era, en el funeral -ficticio- todas las personas que convivieron con él, reflejaron lo que les enseñó; a Remy "thirteen" Hadley (Olivia Wilde) decisiones de vida, para Martha Masters (Amber Tamblyn) fue un duro maestro que le dio el coraje que le faltaba, por ejemplo. Su exesposa, sus exempleados, empleados y mejor amigo, cada uno se despidió a su manera.   

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